10 de diciembre de 2009

TN conquista el Delta del Ebro (II)



Hablar del
Delta del Ebro es hablar de buenas observaciones de aves y buena cantidad de especies y de número de las mismas. Hablar de una Quedada de Territorio Natural es hablar de pasarlo muy bien con un grupo de gente a la que le gusta lo mismo que a ti y de pajarear sin parar casi ni para comer. Hablar de las dos cosas a la vez... ¡Es la leche!

Con esta idea en la cabeza nos juntamos veintidós personas (usuarios del foro Territorio Natural y familias) el pasado día 5 de diciembre para pasar el puente en compañía y sacarle el máximo partido al Delta del Ebro. Yo fui el último en llegar, así que me perdí este primer día de pajareo, en el que ya empezaron a ver algunas cosillas interesantes: halcón peregrino
(Falco peregrinus) cazando limícolas, los primeros moritos (Plegadis falcinellus)... Pero bueno, ya habría tiempo para ver todo aquello.

Observando gaviota de audouin

Cuando llegué sólo quedaba sentarse a la mesa y esperar a la deliciosa barbacoa navarra que estaba preparando Mikelgar. Después, un rato para hablar y preparar la ruta del día siguiente. Empezaríamos atacando el Hemidelta Norte.

Con las primeras luces del día, una parte de la delegación TN (pues ir todos juntos nos complicaría las paradas y entradas en los observatorios) llegábamos a la
bahía del Fangar (no sé exáctamente donde, es lo que tiene ir guiado, que te desentiendes un poco), en algún punto por la parte interior de esta.

Allí observamos los primeros pajarillos, escribanos palustres (
Emberiza schoeniculus, Reed bunting), algunos de ellos de la subespecie witherby (identificables gracias al gran grosor de su pico), bisbitas comunes (Anthus pratensis, Meadow pipit) y algunos grupos de fringílidos, jilgueros (Carduelis carduelis, Goldfinch) y verderones (C. chloris, Greenfinch) principalmente.

Phalacrocorax carbo

Por el mar vemos las primeras gaviotas picofinas (Larus genei, Slender-billed gull), cormoranes (Phalacrocorax carbo, Cormorant), gaviotas reidoras (L. ridibundus, Black-headed gull) y patiamarillas (L. michaellis, Yellow-legged gull). Especies que serán constantes en todos los puntos de agua y que, intentaré ahorrarme enumerar cada vez, que si no esto es muy pesado y parece una lista sin más.

Larus genei

Vamos avanzando (con los coches) a lo largo de la costa de la bahía, parando de vez en cuando para ver qué tenemos por la zona. En un momento dado nos detenemos a observar un grupo de patos que ha llamado nuestra atención. Se trata de tarros blancos (Tadorna tadorna, Shelduck), pero no son ellos los que realmente nos sorpenden.

Ya que habíamos parado repasamos un poco las zonas cercanas y voilà, una preciosa
serreta mediana (Mergus serrator, Red-breasted merganser). Bimbazo al canto, casi el único que estaba convencido de que haría. Un ejemplar precioso al que vemos arreglarse el plumaje y bucear un par de veces.

Por los alrededores mucha focha (
Fulica atra, Coot), somormujo lavanco (Podiceps cristatus, Great crested grebe) y charranes patinegros (Sterna sandvicensis, Sandwich tern).

Después le dedicamos un rato a los campos de arroz que tenemos a nuestras espaldas. Entre los cientos de gaviotas reidoras que hay por la zona descubrimos unos zarapitos trinadores (
Numenius phaeopus, Whimbrel), archibebes oscuros (Tringa erythropus, Spotted redshank), algunos correlimos comunes (Calidris alpina, Dunlin) y menudos (C. minuta, Little stint). Seguimos nuestro avance hacia la punta del Fangar.

Chlidonias hybrida

Por el camino algunos charranes vuelan paralelos a la carretera. Entre ellos descubrimos un fumarel cariblanco (Chlidonias hybrida, Whiskered tern). De nuevo una parada por algo que nos llama la atención.

Phoenicopterus ruber roseus

Entre los falmencos comunes (Phoenicopterus ruber, Greater flamingo) hay uno totalmente rojo, mucho más pigmentado. Al parecer se trata de un ejemplar escapado de la subespecie americana (P. r. ruber, American flamingo) que se diferencia de la nuestra (P. r. roseus, European flamingo) precisamente por esta pigmentación. Un ave muy bonita, la verdad.

Phoenicopterus ruber ruber

Mientras estábamos con los flamencos tenemos otras dos sorpresitas. Posada en un poste descansa un águila pescadora (Pandion haliaetus, Osprey). Algunos incluso ven una segunda pescadora por la zona. Y en el agua, tras los flamencos y entre los cientos de fochas que hay, destaca la pulcra figura de un cisne vulgar (Cygnus olor, Mute swan)

Por fin llegamos a la playa del Fangar, después de que Pablo nos cruce amablemente con su todoterreno la parte en la que se pueden quedar atascados los coches normales. En el humedal que hay allí mismo (y del cuál ahora mismo no recuerdo el nombre, vaya memoria la mía) nada destacable, algunos ánades reales (
Anas platyrrhynchos, Mallard) y agachadizas comunes (Gallinago gallinago, Snipe).

Circus aeruginosus

Al darnos la vuelta descubrimos el motivo. Una gran masa de anátidas descansa en el mar. Parece que todos los patos del Delta del Ebro se han reunido en uno de los pocos lugares donde no pueden pegarles tiros (al ser sábado era día de caza). Decidimos acercarnos a la orilla del mar, pero estában demasiado lejos como para identificar algo más que un puñado de ánades reales.

Pero bueno, la aproximación vale para ver unos enormes bandos de correlimos tridáctilo (
Calidris alba, Sanderling) y algunos chorlitejos patinegros (Charadrius alexandrinus, Kentish plover) y grandes (Charadrius hiaticula, Ringed plover).

Una vez de vuelta en nuestros respectivos coches nos pusimos en camino al observatorio de
Canal Vell. Tuvimos algunos problemas para llegar pues el camino estaba inundado y no se podía psar bien.

Sólo los que llevábamos botas (o les daba igual mojarse los pies, hay gente muy "extreme" en este foro) pudimos llegar al observatorio.
Desde allí vimos un poco más de lo que ya habíamos visto, sólo destacaban un pequeño grupo de moritos. También estábamos rodeados de mosquiteros (
Phylloscopus collybita, Chiffchaff) que se afanaban por llenar el buche entre el carrizo. Mezclados con ellos Begoña localizó algún pájaro moscón (Remiz pendulinus, Penduline tit).

Cisticola juncidis

Pero sin lugar a dudas el momento más emocionante en Canal Vell fue cuando apareció un águila pescadora y, tras dejarnos observarla perfectamente, hizo un pequeño cernido y se zambulló en el agua, apareciendo segundos después con un enorme pez en sus garras. Ya la he visto pescar varias veces. Pero cada vez que lo vuelvo a ver se me ponen los pelos de punta. ¡Qué pasada!

Pandion haliaetus

Entre la hora que era y lo que acababa de pasar nos entró a todos el hambre, así que decidimos hacer un alto (tampoco mucho, no os vayáis a creer) allí mismo (aprovechad el parón para tomar un vaso de agua o ir al baño que esto continúa :D)

Con todo este jaleo del grupo separado, unos comiendo en un lado otros por otro y demás, cometimos un error. Nuestro coche (en el que íbamos Begoña, Víctor, Marga y yo) y otro (con Pepe, Jose María y Félix) perdimos al coche guía (Pablo, Toño, Adina y Guille) y no sabíamos muy bien donde ir.


A continuación viene un vagabundeo por distintos sitios intentando relocalizar el coche de Pablo y persiguiéndonos unos a otros al más puro estilo Ben&Hill. Una locura. Aunque por en medio hay algunas anécdotas divertidas: coche atrancado en la arena (mientras observación de una bonita terrera marismeña (
Calendrella rufescens, Lesser short-toed lark)), carteles y señales que no cuadraban o se contradecían, pasadas de salidas, travesías en transbordador...

Phalacrocorax carbo

Así que, para ahorrarnos todo esto, volvemos a un punto importante ocurrido anteriormente y que se me ha olvidado contar. O bueno, no se me ha olvidado, es para hacer un flashback de estos tan chulos de las películas y que quedan tan bien (a lo mejor luego me animo hasta a hacer un flashforward, y quedo ya de lujo)

"Día 4 de diciembre de 2009. Observatorio de Riet Vell. Hora H.


Pepe, Jose María y Félix observan aves tranquilamente la atardecer, ignorantes de lo que minutos después ocurriría. Los calamones y rascones no paraban de señalar hacia el carrizo, pero ellos no conseguían entender su señal. Algo pasaba, pero ellos seguían sin saberlo...
De pronto una sombra los sorprende. Se mueve lentamente entre el carrizo. Pueden ver sus ojos brillar de maldad desde la oscuridad. Se acerca lentamente a la orilla... y de pronto están frente a la bestia. La más terrible y críptica de las ardeidas. Un avetoro los mira fijamente desde el otro lado de la laguna. Parece indiferente a la sorpresa de los tres ornitólogos, pero sabe que le observan. De pronto alza el vuelo y se aleja lentamente. La noche cae sobre ellos..."

Espero que se me permita esta pequeña licencia poética y que se me perdone si la historia no se corresponde al cien por cien con lo realmente ocurrido, pero lo cierto es que el día anterior, al atardecer parte del grupo había visto un
avetoro (Botaurus stellaris, Bittern) en Riet Vell.

Y todos lo habíamos tenido en mente durante todo el día.
Así pues, decidimos dejar de dar vueltas por el Delta y terminar la tarde en
Riet Vell, intentando dar caza al avetoro.

Casualidades de la vida prácticamente a todo el grupo se nos había ocurrido lo mismo y allí nos juntamos casi toda la tropa: Jesús, Joan, Gracia, Marga, Begoña, Víctor, Pepe, Félix, José María, Pablo, Toño, Adina, Guille y yo.


Mientras la luz iba cayendo desfilaron ante nosotros un sinfin de especies, rascones (
Rallus aquaticus, Water rail), los famosos (a la par que enormes) grupos de calamones (Porphyrio porphyrio, Purple gallinule), mosquiteros, lavanderas blancas (Motacilla alba, White wagtail) y colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros, Black redstart), las garcillas bueyeras (Bubulcus ibis, Cattle egret), garcetas comunes (Egretta garzetta, Little egrett) y grandes (Casmerodius albus, Great white egret) que entraban a un dormidero... Que por cierto, no he dicho nada de las garcetas grandes todavía, pero son numerosísimas por el Delta. Allá donde mirásemos había una.

Bubulcus ibis

Y de pronto, cuando la luz no era más que una sombra de lo que fue (jo, que poético me pongo cuando voy a hablar de él) y la mayoría había dejado de buscar, la suerte nos sonrió a los que seguíamos con los prismáticos en la mano...

"La temperatura bajó de golpe y todos sintieron un escalofrío. Se sentía perfectamente la presencia de La Bestia del Carrizo. Acechando entre las sombras, formando parte de ellas... y apareció. Con ese volar pesado que lo caracteriza sobrevoló la laguna y se internó entre el carrizo..."


¡Bimbazo del quince!
¡Avetoro! No me esperaba para nada verlo y todavía me temblaba el pulso después de su pase. Por desgracia, de todos los que allí estábamos, sólo dos lo vimos, Jesús y yo. Pero bueno, por lo menos sabíamos que allí estaba.


Volvimos a la casa rural muy contentos todos. Habíamos pasado un día estupendo y visto un montón de especies. Y la mayoría nos llevábamos algún bimbo. Sólo quedaba hacer una buena cena (un par de pellas tocaron, una valenciana hecha por mí y otra de estilo libre por Pablo, no quedo ni un grano de arroz de ninguna de las dos) y prepararse para el día siguiente. ¡A por el Hemidelta Sur!


1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial Alex, eres una maravilla narrando, lo he revivido como si estuviera otra vez allí. Saludos Marga