27 de septiembre de 2009

Unos días de ¿Mala suerte? (I)



El domingo pasado, rozando la medianoche, llegué a casa desde
Suiza. Fueron algo más de once horas metidos en el coche. Viendo como los paisajes van cambiando gradualmente allí fuera y tragando kilómetros sin parar. Pese a todo no fue excesivamente pesado. Cuando no echabas una cabezadita, recordabas las inumerables anécdotas de la semana o jugabas a las cartas mientras planeabas la siguiente aventura en el extranjero (Rumanía prepárate que Llebeig te tiene en el punto de mira). Todo esto sin olvidar el ameno friki-juego de
Paseriforme-No paseriforme.
El caso es que al valorar lo que habíamos hecho durante estos días en Centroeuropa uno no sabía bien si decir que habíamos tenido buena suerte o mala. Yo tengo mi propia opinión, pero es algo que prefiero no decir hasta el final. Prefiero que cada uno haga su propio balance al leer lo que os voy a contar y decida por sí mismo.

Todo empezó hace una semana. A las 6:30 de la mañana Toni Polo me recogía y poníamos rumbo a Valencia para recoger a los siguientes de integrantes de la expedición (Santi Garrido y Mónica Escudero). Al quinto (Manu Polo, hermano de Toni) lo recogeríamos en Barcelona unas horas después.
Como todas estas cosas empezó con mucha emoción por llegar. No parábamos de hablar de lo que podíamos coger y lo que no, de hacer apuestas sobre cuántas especies anillaríamos y, como no, de hablar de pájaros. Eso sí, sin quitar el ojo de la ventanilla (y del techo solar del coche) para no perdernos ni uno sólo de las aves que por allí pasaran. Por ella pasaron tantas especies como hábitats distintos atravesamos. Tórtolas europeas (Stretopelia turtur, Tutle dove) que se resisten a abandonarnos, flamencos (Phoenicopterus ruber, Greater flamingo) a la altura de Perpignan y gavilanes (Accipiter nisus, Sparrowhawk), cernícalos (Falco tinnunculus, Krestell), laguneros (Circus aeruginosus, Marsh harrier), águilas calzadas (Hieraaetus pennatus, Booted eagle), culebreras (Circaetus gallicus, Short-toed eagle) y ratoneros (Buteo buteo, Buzzard) representando a las rapaces, fueron algunas de las especies que vimos a lo largo del trayecto.

Al pasar la frontera suiza el Sol fue cayendo y los nervios iban en aumento. Sólo queríamos llegar y ver qué era lo que nos esperaba. Después de una subida por una carretera estrechísima entre un bosque precioso llegamos al albergue-refugio. Allí nos llevamos una pequeña decepción. Dado el viento que hacía esa noche no se anillaría. ¡Qué mala suerte!


La caseta de anillamiento, totalmente equipada, con cafetera, mantas para el frío, ordenadores, guías...

En cambio haríamos lo que los suizos denominaban la "tombé". Se trata de un juego de palabras entre el significado de "caída del día" (que es como ellos llaman al amanecer) y de caída de los pájaros en la red (que obviamente se dice también tombé).


La batería de redes cortando el collado. Era un montaje alucinante, sorprendía cada vez que lo veías.

Es decir, la primera ronda de una jornada de anillamiento, que, normalmente, es la más fuerte en cantidad. Así pues hacia las 6:00 de la mañana, todavía de noche, estábamos abriendo las redes. Era una mañana fría, pero por lo demás, climatológicamente hablando, el día pintaba perfecto.

Por los alrdedores de la zona de anillamiento había bastante bisbita alpino (Anthus spinoletta, Water pipit)

Pero no ornitológicamente. Cayeron muy pocas aves y poco variado en especies. Los únicos que hacen algo más de bulto eran los petirrojos (Erithacus rubecula, Robin). Por lo demás un par de pinzones (Fringilla coelebs, Chaffinch), zorzales (Turdus philomelos, Song thrush) y chochines (Troglodytes troglodytes, Wren).

La única foto de petirrojo que tengo. Parece mentira, la especie que más cogimos y la menos fotografiada. ¡Con lo chulos que son!

Volvíamos a la caseta de anillamiento un poco alicaídos y pensando que habíamos tenido algo de mala suerte cuando alguien dio el aviso:

-¡Tétras lyre!

Corriendo nos turnamos el telescopio para verlo. Un precioso macho de gallo lira (Tetrao tetrix, Black grouse) cantaba en lo alto de un collado. Una observación de lujo que se repetiría a lo largo de la semana. Ya estábamos algo más contentos con la mañana. A penas habíamos pasado un día allí y ya tenía en mi haber la primera especie nueva.

Dent de Jaman (1875 metros)

En cuanto a anillamientos la cosa no mejoró mucho con el paso del tiempo. Algunas aves más y una nueva especie: bisbita común (Anthus pratensis, Meadow pipit)

Cualquier cosa era buena para matar el tiempo entre una ronda y otra. Hasta una guadaña abandonada nos dio de qué hablar. Otra cosa no sé, pero reirnos esta semana nos hemos reído muchísimo.

Así que decidimos dejarlo y nos fuimos valle abajo, a Montreux para acercarnos a una zona húmeda que Toni conocía, Les Grangettes (Villenueve).

Primero hicimos una parada en el Château de Chillon, ya que por los alrededores se veían bastantes anátidas.

Castillo de Chillon. No sé quién se lo hizo, pero anda que no estaba bien ubicado. En la orilla del lago Lehman, perfecto para montarse un telescopio en la habitación y observar sus innumerables especies de aves (aunque me temo que no era este su fin...)

Destacaban por su cantidad los porrones moñudos (Aythya fuligula, Tufted duck). Entre ellos no era difícil localizar algunos ánades reales (Anas platyrrhynchos, Mallard) y fochas (Fulica atra, Eurasian Coot).

Ha salido movida, pero me gusta esta foto, a punto de inmersión y con el reflejo.

Para ver al porrón mucho mejor en esta

Durante unos segundos pude ver una serreta grande (Mergus merganser, Common merganser), pero la perdí de vista tras una de sus inmersiones.


Así que fuimos bordeando el lago hasta el sitio donde había desaparecido para verla mejor. Allí había bastantes gaviotas reidoras (Larus ridibundus, Laughing gull), y, entre ellas, posada en la orilla la serreta grande. Se trataba de un macho adulto en plumaje de eclipse. Un ejemplar precioso y segunda nueva especie para mí.


En Suiza (como en otros países de Europa) las aves son terriblemente confiadas. Muestra de ello fue la serreta que estuvo paseándose frente a nostros como si nada.

Pudimos sacarle fotos a placer durante un buen tiempo, sólo distraídos durante unos segundos por la aparición de dos fugaces mirlos acuáticos (Cinclus cinclus, Dipper).

En la zona de les Grangettes nos dedicamos a pasear por los canales que daban salida al lago y por sus densos bosques.


Solo en Holanda he visto tantos somormujos como aquí en Suiza. En cualquier lugar en el que haya agua están ellos.

Los canales estaban dominados por cisnes (
Cygnus olor, Mute swam), somormujos lavancos (Podiceps cristatus, Great crested grebe), fochas y algunas anátidas, entre las que destacaba un joven pato colorado (Netta ruffina, Pochard) y un pato gargantilla (Anas bahamensis, White-cheeked pintail).


La zona estaba hasta los topes de cisnes que no se inmutaban de la presencia de los muchísimos paseantes que por allí había.

Y algunos paseriformes propios de zonas húmedas como el carricero común (Acrocephalus scirpaceus, Reed warbler) o lavanderas blancas (Motacilla alba, White wagtail)

Este pato exótico (Pato gargantilla, Anas bahamensis) nadaba entre las fochas y junto a un pato colorado.

La confianza de las aves te permite una proximidad que en España es casi imposible sin andar escondiéndose

En el lago se veía movimiento constante de cormoranes (Phalacrocorax carbo, Great cormorant), aún más somormujos y dos preciosos machos adultos de eider común (Somateria mollissima, Eider)

Foto testimonial de uno de los eider.

Por el bosque resultaba imposible ver nada. Sólo algún fugaz zorzal o páridos que se movían por las alturas, así como algún ratonero que salió volando de entre la espesura. Así que allí aprovechamos para descansar y para comer tranquilamente. Elegimos muy bien el lugar ya que nos pusimos justo debajo de una caja nido en la cual dormitaba un lirón gris (Glis glis, Edible dormouse) que se asomó al oírnos llegar.

Lirón Gris

Mientras comíamos aumentamos un poco la lista de especies simplemente afinando un poco el oído: las carcajadas de un pito real europeo (Picus viridis, Green woodpecker) a lo lejos, los silbidos de un agateador común (Certhia brachydactyla, Short-toed treecreeper) algo más cercanos o los reclamos de herrerillos capuchinos (Lophophanes cristatus, Crested tit) y carboneros garrapinos (Periparus ater, Coal tit) sobre nuestras cabezas.

Por la tarde decidimos volver a la zona de anillamiento a ver qué tal iba la cosa. Al igual que por la mañana muy poca cosa. Por la zona se oían arrendajos (
Garrulus glandarius, Jay) y los zorzales reales (Turdus pilaris, Fieldfare) pasaban rozando la red, pero lo que se cogía seguía siendo lo mismo que antes y con cuentagotas.

Después de la costosa elaboración de una tortilla de patatas (lo siento, Manu, no podía pasarla por alto) para la cena (o merienda según horario español) y unas tablas de ibéricos nos fuimos a la cama. Al día siguiente íbamos a levantarnos a las 2:30 de la mañana (todavía me cuesta decir eso de "levantarse" para referirme a esas horas) para participar en nuestra primera jornada de anillamiento nocturno.



Nocturno sí que fue, pero llamarle anillamiento es otro cantar. Cuando llegamos, Romain, el anillador suizo, tenía ya allí un murciélago ratonero gris (
Myotis nattereri, Natterer's bat). El único murciélago que veríamos anillar en toda la semana. Aún así resultó bastante curioso e interesante todo lo relacionado con él. Hacía mucho tiempo que no veía un murciélago tan bien y nunca había visto anillar uno ni cómo se hacía.

Pero quitando esto, la noche fue un fracaso absoluto. No hicimos ni una sola captura hasta la
tombé lo cual fue un tanto frustrante ya que podíamos haber dormido cuatro horas más y habríamos visto lo mismo. ¡Qué mala suerte! Aunque la noche nos permitió escuchar los "ladridos" de un corzo (Capreolus capreolus, Roe deer) y el canto lejano de un par de cárabos (Strix aluco, Tawny owl) algo es algo...

¡Y aquí está el primer pájaro que cayó esa mañana!
La tombé trajo más o menos lo mismo que el día anterior. Pero con alguna especie nueva como el bisbita arbóreo (Anthus trivialis, Tree pipit) y en general en más número.

Vistos así, en frío y en los colectores, parece que tampoco fue tan mal lo del anillamiento, tal vez esperábamos demasiado.
La mañana siguió avanzando trayendo cada cierto rato algunos pájaros. Mientras nos entreteníamos con el gallo lira, los bisbitas alpinos (Anthus spinoletta, Water pipit), el paso de un azo (Accipiter gentilis, Goshawk), el canto del pito negro (Dryocopus martius, Black woodpecker) y otras aves que había por la zona. Entonces el sueño y el hambre atacaron a Toni que decidió volverse al refugio a descansar y comer un poco (dato importante).

Los que nos quedamos allí vimos como un ratonero primero y un gavilán después pasaban rozando la red. Y nos lamentábamos cuando veíamos que no quedaban enganchados en ella. Manu empezó a decir:

-"Bueno, todavía puede quedarse enganchado al volv... ¡¡Rapaz!! ¡¡Rapaz en la red!!".



Las plumas sin mudar que se repartían por todo el cuerpo y las alas nos permitieron identificarlo como una hembra joven (Edad 5, nacida el año pasado)
Y salió corriendo hacia ella conmigo detrás. Llegamos por los pelos. El gavilán (pues es lo que era) estaba enganchado sólo de un par de dedos y había muchas posibilidades de que se escapara. Bajamos a toda prisa la red (pues estaba enganchado en la parte alta) y lo sujete de las patas mientras Manu terminaba de soltarlo.

Estas amenazantes garras fueron las que dejaron al gavilán enganchado en la red y nos permitieron disfrutarlo desde bien cerca...

Volvimos a la estación de anillamiento con una sonrisa de oreja a oreja ¡Qué suerte habíamos tenido! Y mientras Toni abajo en el refugio sin enterarse de nada. Una nueva carrera de Manu para avisarlo y pudimos disfrutarlo todos juntos (aunque con unas ligeras sospechas de si habría un gafe en el grupo, jejeje)

No es una foto muy buena, pero me gusta porque parece que ataca a la cámara
El gaf... quiero decir Toni y Mónica disfrutando del gavilán jejeje

La mañana siguió más animada que el día anterior, unido con la euforia del gavilán fue todo mucho más entretenido. Cogimos un par de mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita, Chiffchaff) y un musical (P. trochillus, Willow warbler), y para completar los sílvidos un reyezuelo listado (Regulus ignicapilla, Firecrest).

Mosquitero musical

En una de las idas a la red, esta vez con menos pájaros, sólo algún acentor común (Prunella modularis, Dunnock) y petirrojos, veo que alguien se me tira a los pies. Sorprendido veo como algo intenta escabullirse de las manos de Manu cuando se pone de pie. Se trata del misterioso topo europeo (Talpa europaea, Common Mole). Y digo misterioso porque siempre me ha resultado curiosa y (a la vez desconocida) la vida que estas criaturas desarrollan bajo tierra. El caso es que siempre había querido ver uno así que fue un encuentro de lo más agradable. ¡Qué suerte!


Entre unas cosas y otras se nos hizo la hora de comer. Así que nos bajamos para el refugio y nos pusimos a planear qué hacer por la tarde. Sabíamos que en el anillamiento había un bajón a esas horas, así que decidimos intentar ver el pico tridáctilo (Picoides tridactylus, Three-toed woodpecker)en una zona donde nos habían dicho que era relativamente común.


Llegamos allí hacia media tarde y teníamos un poco de prisa (nos tocaba otra vez hacer la cena), así que no pudimos entretenernos todo lo que hubiesemos querido. En el primer grupo de árboles se movían un petirrojo, un colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros, Black redstart) y un torcecuello (Jynx torquilla, Wryneck). Los siguientes grupos eran excesivamente para ver nada con claridad. Manu localizó unos picos en algun punto entre la espesura, pero no llevaba prismáticos para asegurar la especie. Cuando todos nos juntamos con él estuvimos un rato buscándolos. Por fin aparecieron, aunque sólo los conseguí ver yo pasar fugazmente sobre nuestras cabezas. No los vi lo bastante bien como para asegurar la especie. Eran aproximadamente del tamaño de un zorzal, tal vez algo más grandes. Así que, o se trataba del pico tridáctilo de un pico picapinos (Dendrocopos major, Great spooted woodpecker). Para siempre quedará esa duda.
Poco más que destacar de este día.

Continuará...

No hay comentarios: