2 de marzo de 2009

Historia de una gaviota



"Gaviota de Ross en Alcázar de San Juan"
, infinidad de foros y blogs iban dando aire a la noticia durante estos últimos días, lo cual sólo era una pequeña muestra de la importancia y magnitud de la cita.
Una pequeña gaviota, algo menor que una de nuestras palomas había recorrido miles de kilómetros para aparecer un día en la laguna de la Veguilla en Alcázar de San Juan. Pronto la pequeña gaviota se dio cuenta de que aquello no era el lugar donde esperaba pasar el invierno, pero al parecer el sitio le gustó y decidió quedarse unos días en lugar de cambiar de dirección inmediatamente. El motivo por el que le gustó, las costumbres del lugar. Había ido a parar a un sitio de lo más extraño... una laguna solitaria, llena de gaviotas reidoras que animaban un poco el ambiente. De pronto, un día, vio a unos hombres que, con unos extraños aparatos escrutaban la laguna. La gaviota, curiosa por naturaleza, se acercó a ver qué es lo que ocurría, qué hacían allí aquellos hombres. Fue entonces cuando uno de aquellos seres le apuntó con uno de sus aparejos. La pequeña gaviota creyó que había llegado su fin, que habría sido mejor volver con sus compañeras, que ese hombre acabaría con ella y ya nunca más nadie sabría que se equivocó de camino y había descubierto una laguna preciosa. Pero nada de esto ocurrió, el aparato que mantenía en sus manos el hombre produjo un extraño ruido y nada más. Pronto, ellos, comenzaron a hablar alegremente, parecía que celebraban alguna cosa, aunque ella no sabía el qué. Tal vez era el inicio de algún tipo de ritual que los hombres de por allí tenían. No tardaría en confirmarse su teoría.
Pasados los días vio que el aspecto de la laguna cambiaba, muchísimas personas llegaban por el estropeado camino de tierra montados en unos vehículos de lo más variopintos. Montaban sus aparatos (muy similares a los de los primeros hombres que vio) y después de mirar un tiempo a través de ellos celebraban algo, algunos hasta con botellas de champán y brindando. Ya no le cabía ninguna duda, estaba clarísimo que aquellas personas celebraban algún tipo de manifestación religiosa, tal vez considerasen a aquella laguna un ser divino, alguien de otro mundo y que aquel libro del que siempre hablaban, algo así como "la Collins" fuese su libro sagrado. Una extrañísima religión de la que ella nunca antes había oído hablar.
No comprendía del todo lo que allí ocurría, pero lo cierto es que le gustaba el ambientillo y cada cierto tiempose acercaba para ver más de cerca lo que hacian. Tuvo la fortuna de que siempre que lo hizo coincidió con los momentos de máxima euforia y alegría, lo cual le agradó muchísimo.
Tarde o temprano la pequeña gaviota se irá. Buscará a sus compañeras en el lejano norte y les contará lo que vio sobre una nueva religión y unos curiosos rituales. Lo interesante que resultó para ella esta nueva experiencia que, si el año que viene se viese con fuerzas intentaría repetir, y volver a disfrutar de los alegres rituales de la tierra castellana. Lo que tal vez nunca sepa la gaviota es que aquellos personajes no celebraban ningún tipo de acto religioso (al menos no uno relacionado con la laguna). Aquella romería tenía que ver más bien con ella, una de las citas más interesantes de los últimos tiempos.


Espero que me permitáis esta pequeña licencia poética que me he tomado. Como podréis suponer este fin de semana me he acercado hasta Alcázar de San Juan para ver a la gaviota de Ross (Rhodostethia rosea) que allí había. Más adelante pondré la crónica completa del fin de semana, disfrutado al máximo junto a Julio Merayo, Jana Marco y Toni Mulet.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Alex, por mas que lea tus crónicas siempre la última me parece la mas genial.
Esta es un auténtico lujazo leerla.
Un beso, Marga

Anónimo dijo...

Otra Marga que tu ya sabes quien es ha leido con mucho agrado la pequeña historia de la gaviota. Es genial.
Marga

Merayo dijo...

Ueee! He de decir que este finde ha sido para mi una experiencia religiosa, con la campiña como templo y la collins como biblia, oh si! ;)

A ver si repetimos pronto

Cuidate!

Julio