8 de octubre de 2010

Vaya sorpresita...


Hoy ha sido uno de esos días en los que vale la pena salir a anillar. Que te muestran que el esfuerzo de tantos días madrugando y montando redes acaba teniendo su recompensa. Y con esto no quiero decir que los días "normales" de anillamiento no se disfruten o no se les vea la utilidad (pues de ser así no saldría a anillar nunca) es simplemente, que un día como hoy te hace volver con una sonrisa en la cara.


Y es que hoy hemos anillado, en el lugar que menos lo esperábamos una auténtica rareza nacional... un
papamoscas papirrojo (Ficedula parva, Red-breasted flycatcher). Y digo donde menos lo esperábamos porque ha sido en un campo de almendros abandonado en plena Sierra Calderona un lugar que, al no ser una zona típica de paso, no piensas que precisamente allí te esté esperando un ave del este de Europa y que inverna en el oeste asiático.


No quiero alargarme mucho más porque ya lo he contado casi todo sobre la captura en el blog del grupo (anillamientollebeig.blogspot.com) y no me gusta repetirme. Allí tenéis alguna foto más y más cosas sobre el ave en cuestión.

No hay comentarios: