6 de abril de 2009

Monfragüe: un paraíso extremeño



El domingo volví de la que ha sido mi cuarta visita al
Parque Nacional de Monfragüe, y cada vez que voy me sorprende más. Esta vez el motivo de mi visita fueron unas prácticas de la zoología que estoy cursando este cuatrimestre. Así pues se puede decir que era un viaje de estudios, pero girando siempre entorno, principalmente, a la ornitología.
Han sido cinco días, del 1 de abril (fecha en la que salimos de València a eso de las ocho y media de la mañana) hasta el día 5 de abril (cuando volvimos a recorrenos la península de vuelta a Valéncia). En total he podido identificar ciento cuatro especies distintas de aves, además de cinco de anfibios, cuatro de reptiles, y seis de mamíferos. Y he disfrutado como un niño de todas ellas, además de pasarlo estupendamente con mis compañeros que han demostrado una gran sensibilidad e interés hacia las aves, ya que sin conocer nada de ellas han procurado recordar sus nombres y tratar de reconocerlas en el campo, y, a alguno, le ha entrado el gusanillo del pajareo, a ver si sale adelante. Además el ambiente entre nosotros ha sido muy bueno, y, aunque ir doce personas no suele ser lo mejor para la observación de las aves no lo cambiaría por ver unas cuantas especies más.


Los días que estuvimos por allí (sin contar la ida y la vuelta) llevaban siempre un plan similar. Por la mañana una excursión a pie por el parque (saliendo desde
Villarreal de San Carlos, donde estábamos alojados) y por la tarde cogíamos el autobús para visitar lugares algo más alejados.


El día que llegamos todavía nos dio tiempo a pasar la tarde en el
Salto del Gitano, teniendo así un primer contacto con las aves. Allí pudimos disfrutar de la vuelta a casa de éstas. Poco a poco, y conforme el sol iba ocultándose, llegaban al roquedo y se quedaban allí a descansar y pasar la noche. Pudimos ver los buitres leonados (Gyps fulvus), que son los amos y señores de la pared de rocas, llegar a sus nidos, en los cuales normalmente estaba el segundo miembro de la pareja incubando ya sus huevos. También localizamos el nido de cigüeña negra (Ciconia nigra) donde también reposaba la hembra. Mientras nos sobrevolaban cientos de pequeños pajarillos como los aviones comunes (Delinchon urbicum) y roqueros (Ptyonoprogne rupestris) o golondrinas dáuricas (Hirundo daurica). Por los alrededores revoloteaban algunos roqueros solitarios (Monticola solitarius) y escribanos montesinos (Emberiza cia) y en los árboles cercanos cantaban sin parar los herrerillos (Cyanistes caeruleus). Hago mención a parte a las rapaces que se fueron dejando ver por los alededores pues yo creo que lo merecen.


Lo primero que vimos distinto de los buitres leonados fueron los milanos negro
(Milvus migrans) especie muy abundante en todo el parque y alrededores. Más tarde vimos un par de alimoches (Neophron percnopterus), que después de dar unas vueltas por la zona se dirigieron al roquedo, donde localizamos el nido. Después, entre un enorme bando de buitres leonados pudimos localizar un total de tres buitres negros (Aegypius monachus) que se alejaron volando más allá del Salto del Gitano. También pudimos ver varios ejemplares de águila culebrera (Circaetus gallicus) Por último pasó un cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) y una bonita hembra de gavilán común (Accipiter nisus).
Cuando ya nos íbamos a ir localizamos en el río unos cormoranes
(Phalacrocorax carbo), la pareja de la cigüeña negra (que más tarde voló al nido) y el primer ciervo (Cervus elaphus) que veríamos en nuestra estancia en el parque. Un buen primer día y un buen comienzo.


Al día siguiente algunos nos levantamos más pronto para ir (hasta la hora del desayuno) junto a los profesores en furgoneta a la
Portilla del Tiétar. Durante el camino nos cruzamos con una buena cantidad de ciervos y con un par de jabalíes (Sus scrofa) que cruzaron el camino. Fue un ratito productivo, pues, aunque falló el águila imperial (Aquila adalberti) el búho real (Bubo bubo) más famoso de España estaba fuera de su nido, en el que se veían dos pollitos, dejándonos verlo a la perfección, una observación de lujo. Además vimos otras especies como cigüeña negra, águila calzada (Hieraaetus pennatus), culebrera, garza real (Ardea cinerea), perdiz roja (Alectoris rufa)...


Después de desayunar nos tocó la primera excursión. Salímos desde Villarreal de San Carlos en dirección al
Castillo de Monfragüe. Yo cruzaba los dedos pues sabía que en el puente que cruzamos junto a la Fuente del Francés se ve en algunas ocasiones el vencejo cafre (Apus caffer) así como en el castillo, así que era mi ocasión de bimbarlo. Por desgracia no me crucé con el.

El camino discurría primero entre matorrales bajos y pequeños arbolillos. Allí detectamos alcaudón común
(Lanius senator), algunas especies de curruca como la carrasqueña (Sylvia cantillans) o la cabecinegra (S. melanocephala), carbonero común (Parus major), águila calzada, alimoche... La nota curiosa del momento la dieron lo que parecían unos ánsares (Anas sp.) volando hacia el norte, aunque no tenemos claro que lo fueran dada la distancia y el fuerte contraluz.
En seguida llegamos al puente. En él crían cientos de aviones comunes (según el conteo realizado por Mapi, una de mis compañeras, en sólo uno de los lados había unos seiscientos nidos) así que la zona está hasta arriba de esta especie. Buscando entre ellos al vencejo cafre pude localizar rápidamente vencejos reales
(Apus melba), comunes (A. apus) y aviones roqueros, pero ni rastro del bimbo potencial. Además criaban en el puente unas cuantas palomas bravías (Columba livia)
A partir de aquí el camino se empina y se interna en un bosque. Las jaras
(Cistus ladanifer) dejan paso a las encinas (Quercus ilex) y alcornoques (Q. suber) y las currucas a pinzones (Fringilla coelebs), petirrojos (Erithacus rubecula), verderones (Carduelis chloris), agateadores (Certhia brachydactila)...


Al final de la cuesta se llega ya al castillo, aunque poco antes de llegar hay una charca de parada casi obligatoria para ver tritones ibéricos
(Lissotriton boscai) ya que no son muy difíciles de localizar. Desde arriba se tiene una vista estupenda del todo el parque nacional. Justo enfrente tiene el Salto del Gitano, así que las especies que se ven por la zona son más o menos las mismas. Es un sitio recomendable de ir ya que las vistas son inmejorables, pero tiene el pequeño defecto de estar lleno de gente en las horas puntas (para comer, almorzar...) así que mejor visitarlo muy pronto por la mañana o por la tarde si queremos evitar encontranos con mucha gente, los gritos y que no haya ningún pájaro.
Comimos allí y después bajamos hacia el otro lado para que el autobús nos recogiera en el parking. Mientras lo esperábamos pudimos ver muchos rabilargos
(Cyanopica cooki) que buscaban algo que comer entre los coches.


El autobus nos llevó al
embalse de Arrocampo. La idea era observar un poco por los observatorios y después acercarnos a otra zona a ver elanio azul (Elanus caeruleus).
En el primer observatorio que visitamos había poco movimiento. Además el carrizo tapaba casi toda el agua y dejaba ver poco. Aún así pudimos ver algunas cosas, ya que con nuestra llegada un calamón (Porphyrio porphyrio) y una garza imperial (A. purpurea) se espantaron y salieron volando. También se oían las primeras buscarlas unicolor (Locustella luscinioides) y algún ruiseñor bastardo (Cettia cetti). Dado el poco éxito que obtenido con la visita decidimos marcharnos. Al salir vimos a lo lejos volar una espátula (Platalea leucordia) seguida de una garceta común (Egretta garzetta). Finalmente una pareja de aguiluchos laguneros (Circus aeruginosus) se pegó unos vuelos sobre el carrizo para despedirnos.


En el segundo observatorio la cosa no cambio mucho, un fuerte contraluz no nos dejaba ver del todo bien el agua. Aunque esta vez pudimos identificar alguna especie más. Repetimos alguna como la garza imperial o las omnipresentes cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) y añadimos la garcilla cangrejera (Ardeola ralloides), polla de agua (Gallinula chloropus), avertorillo común (Ixobrychus minutus)... Fuera del mundo de las aves localizamos un galápago leproso (Mauremys leprosa) y algún conejo (Oryctolagus cuniculus).


De aquí pasamos a otra zona en busca del elanio azul. Cuando llegamos ya lo tenían localizado en una lejana encina posado. Pudimos disfrutar de él (como siempre un ave preciosa) durante algún tiempo hasta que despegó y se alejó de la zona. Allí no vimos muchas más especies, un par de palomas torcaces
(Columba palumbus), alondras (Alauda arvensis), urracas (Pica pica)...
A la vuelta, desde el autobús pudimos ver algunos mamíferos, repitiendo los ciervos y jabalíes y añadiendo zorro (Vulpes vulpes)

Al llegar la noche nos tocaba una práctica de captura e identificación de anfibios. La cosa estaba muy interesante pues cabía la posibilidad de que cogiésemos algún gallipato
(Pleurodeles waltl), especie a la que tenía muchísimas ganas.


Lo primero que cayó en nuestro salabre fue, lógicamente, la especie más numerosa en la charca, una rana verde común
(Rana perezi). Después de un rato buscando localicé y capturé una pequeña ranita meridional (Hyla meridionalis), otra de las especies que tenía muchas ganas de ver. Seguimos buscando y, después de que se nos escapase una pequeña culebrilla de agua (Natrix maura) capturamos un bonito macho de tritón jaspeado (Triturus marmoratus). La cuarta especie que cayó en nuestras redes fue el ansiado gallipato.


Un animal precioso y bien grandecito que resultó ser una hembra. Sólo nos faltaba una especie por capturar (la práctica suponía un máximo y un mínimo de cinco especies) y fue el tritón ibérico, que ya habíamos visto antes en el castillo pero que siempre mejor al verlo en mano. Y con este animal terminó nuestro segundo día en Monfragüe. Aunque como "bonus" cogimos algunos macroinvertebrados acuáticos (sobre los que están haciendo un estudio en el parque) entre los que destacó el escorpión acuático
(Nepa rubra), un bicho la mar de curioso.



El día siguiente comenzó con una bonita excursión hasta el observatorio de
la Tajadilla saliendo, una vez más, desde Villareal de San Carlos. Nuestro objetivo era localizar un nido de alimoche y otro de culebrera, así como revisar unas cámaras de fototrampeo que teníamos colocadas a lo largo del camino y ver que había caído en ellas.


El camino empezaba cruzando un bosquecillo de ribera (con sus especies habituales: ruiseñores comunes
(Luscinia megarrhynchos), verdecillos (Serinus serinus), pinzones, herrerillos, carboneros...


Pasando después a una zona de matorrales bajos hasta llegar a la tajadilla donde de nuevo los almeces
(Celtis australis) volvían a cubrirlo todo. A lo largo del camino repetimos muchas especies de las que habíamos visto ya, aunque añadimos alguna nueva como puedan ser curruca rabilarga (S. undata), collalba rubia (Oenanthe hispanica) o pardillos (Carduelis cannabina). Además conseguimos localizar el nido de alimoche, y, aunque vimos a la pareja, fracasamos con el de culebreras (aunque uno de los miembros nos deleitó con un posado de más de una hora sobre el roquedo de la Tajadilla).


En cuanto al fototrampeo resultó interesante aunque no sacamos muchas especies. En la primera de las cámaras (la más cercana al pueblo) captamos ciervo, alguna especie de ratón
(Muridae sp.) y mirlo común (Turdus merula). La segunda trajo alguna sorpresita más como pueda ser la garduña (Martes foina). El tercer fototrampeo fue una pena pues había disparado fotos, pero al quedarle poca pila no disparó con flash, así que en las fotos no se veía nada.


La tarde de este día fue muy ineteresante. Primero nos dirigimos hasta Trujillo. Donde pretendíamos descansar un poco de pájaros, tomar algo y esperar a que el Sol bajase un poco para salir a ver aves esteparias.



Aunque lo de descansar de los pájaros es un poco relativo, pues en un pueblo que desde la terraza del bar estás viendo una colonia de cernícalos primilla
(F. naumanii), aviones roqueros, vencejos comunes y pálidos (A. pallidus), grajillas (Corvus monedula) y cigüeñas blancas uno casi no puede ni despegarse los prismáticos de los ojos.


La salida a esteparias empezó estupendamente. De camino a la zona vimos varios ratoneros
(Buteo buteo), y, casi nada más pisar el suelo, un precioso macho de sisón (Tetrax tetrax). Una vez lo habíamos localizado, al hacer un pequeño barrido, vi una parejita de gangas ibéricas (Pterocles alchata) a la que luego se les uniría una ortega (P. orientalis), aunque al intentar relocalizarla ya no la encontré. Por el campo no paraban de cantar las calandrias (Melanocorypha calandra), cogujadas, tanto la común (Galerida cristata) como la montesina (G, theklae), gorriones morunos (Passer hispanoliensis) y abubillas (Upupa epops).



Después de disfrutar un rato de todo este jolgorio y cantidad de vida en una estepa aparentemente muerta decidimos seguir nuestro camino en busca de "lo gordo", las avutardas
(Otis tarda), que a estas alturas ya debían estar con el cortejo. Por el camino vimos un par de aguiluchos cenizos (C. pygargus), una hembra y un macho. Y fue mientras los observábamos cuando vimos la primera avutarda volando. La seguimos con los prismáticos hasta localizar donde se posaba. Y una vez las localizamos... ¡Por fin pude ver la rueda de las avutardas! Tenía muchísimas ganas de verla, y la verdad es que merece la pena. Un par de machos avanzaban frente a las hembras, todos vestidos de blanco, con el pecho hinchando y "luciendo tipito". Pavoneándose como el más chulo de la estepa. Una maravilla, desde luego.
Estuvimos allí un buen rato observándolas durante el cual también vimos un par de críalos
(Clamator glandarius), alcaudón meridional (L. meridionalis) y una pobre culebra de escalera (Rhinechis scalaris) que colgaba muerta del cartel de un coto de caza. Otro buen día tocaba a su fin.



Con la noche llego una práctica que me resultó interesantísima. Con unos aparatitos que, modificando el tiempo en el que se han emitido, nos permiten oir los ultrasonidos de los murciélagos, debíamos realizar unas "escuchas" en los alrededores del pueblo. Luego, anotando a qué frecuencia había sido emitida esa señal y con ayuda de una guía podíamos descubrir de qué especie (o por lo menos género) de murciélago se trataba. Resultó especialmente interesante por la cantidad de especies que conseguimos detectar, ya que, dado lo difícil de ver e identificar que son, normalmente pensamos que hay menos tipos.
El grupo en el que iba yo conseguimos "escuchar": Murciélago enano
(Pipistrellus mediterranea), murciélago enano de herradura (Rinolophus hipposideros), nóctulo pequeño (Nyctalus leisleri) y murciélago de bosque o barbastela (Barbastella barbastellus).



El último día la excursión consistía en subir hasta el
Cerro Gimio prestando especialmente atención durante el camino a las cagadas y rastros de mamíferos. Conseguimos identificar unas cuantas especies, y, aunque tengo fotos de todas voy a evitar ponerlas pues sé que hay gente a quien no gustan mucho (a pesar de lo bonitas que son, jeje). Pudimos ver excrementos de zorro, garduña, jabalí, ciervo y nutria (Lutra lutra). Más alguno que se quedó sin identificar.



Con respecto al mundo de las aves, la mañana trajo pocas novedades, se repitieron la mayoría de las que habíamos visto en días anteriores. La novedad fue una pareja de águilas perdiceras
(Hieraaetus fasciatus). Unas aves que siempre gusta ver y que son una auténtica maravilla. La única pega es que volaban demasiado lejos.



Puesto que he dicho tan poquito de las aves y mamíferos, y por alargar un poco más esta parte de la mañana sólo quedaría destacar las dos especies de lagartijas que pudimos ver por el camino, nuestra lagartija ibérica
(Podarcis hispanica) y la colilarga (Psammodromus algirus)



La tarde fue una práctica voluntaria. Consistía simplemente en pasar una agradable tarde en la Portilla del Tiétar a ver si conseguíamos sacar el águila imperial, veíamos mejor los búhos y, con un poco de suerte, veíamos las nutrias. De los tres fallaron sólo las nutrias.
Al búho le ocstó casi toda la tarde salir, pero finalmente lo hizo y se posó muy a la vista de todos. Justo cuando acababa de salir el búho pude localizar al águila imperial volando lejos. Se fue acercando lentamente pero nunca llegó a pasar por la Portilla en sí.
Además de todo esto vimos muchas otras especies como mitos
(Aegithalos caudatus), herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus), águila perdicera (de nuevo la pareja, y por estar observándolas a ellas me perdí un precioso zorrito que pasó por el observatorio), buitre negro, oímos cuco (Cuculus canorus)...


Y bueno, creo que con todo esto ya no me dejo nada. Simplemente agradecer una vez más a los profesores (
Edu, Johnny, Víctor y Patri) y compañeros (Fran, Pau, Toño, Guillermo, Pablo, Jacobo, Mapi, Amparo, Emilio, Vicenç y Eloi) hacer que el viaje haya sido tan agradable. Y recomendaros una vez más una visita a Extremadura, y sobretodo a Monfragüe.



10 comentarios:

Anónimo dijo...

Madredelamorhermoso, Alex, me lo he leído sin respirar, que barbaridad, ya te puedes imaginar el numerito de bimbos que me haría. Anda que si llegas a tener en el blog el emoticono del shock, te lo gasto. La crónica como siempre muy amena y bien escrita.
Saludos Marga

Anónimo dijo...

¡¡¡Cómo te lo pasas!!! jeje
Me alegro mucho de que pasárais tan buenos ratos.
Los anfibios los tengo pendientes.. a ver si me fijo la próxima vez.
Saludetesss, majooo.
Cristina

Rafa dijo...

Pues a mi Alex Monfragüe me defrauda bastante. Se que es hermoso, pero no hay lugar a la sorpresa. Todo el mundo sabe donde esta todo. Las aves posan de lo acostumbradas que están al acoso humano. Los puntos mas importantes del parque son autenticas verbenas.
No se, es una sensación rara la que tengo en ese sitio.

alvaro dijo...

que grandisimo artículo tio,insuperable.Me falta por conocer esa zona pero ya iré en cuanto pueda.
Ya tienes un lector más

Álex Alamán dijo...

No te falta razón Rafa con lo de que es un poco predecible todo, pero yo la verdad lo disfruto mucho igualmente. En pocos sitios se puede disfrutar de tal cantidad de especies y muchas vistas de una forma insuperable como los búhos de la Portilla, los cinetos de ciervos, nutrias... Y si además lo puedes combinar con salidas a esteparias y acuáticas (lugares en los que tal vez sí te lleves alguna sorpresa) se convierte en un lugar inmejorable. En poco sitios de España, moviéndote tan pocos kilómetros, puedes ver tal cantidad de especies distintas.

Muchas gracias a todos por los comentarios, animan a uno a seguir escribiendo.

Álvaro, te añado a mi lista de blogs a seguir.

Rafa dijo...

Si sigue en pie lo de ir con la SVO a tu pueblo te prometo mas especies que en tu visita a Monfragüe.

Anónimo dijo...

Hola Alex
Buen resumen y grandes fotos. A ver si Edu nos pasa las del fototrampeo.
Un placer ver qué bien aprovechais las prácticas!
Johnny

Fernando Pereiras dijo...

Hola Alex. Estupenda entrada. Te escribo para pedirte un favor. En un par de semanas tengo pensado ir a Monfrague y no conozca nada. Te agradeceria si me enviaras alguna recomendacion de sitios para ver aves(el mejor sitio para ver....., el nido de.... etc.), que es mi principal interes. Yo soy de costa (Coruña) y no estoy acostumbrado a buscar este tipo de sitios.
Gracias y sigue con las entradas.
Mi mail: fpereirasdlc@hotmail.com

Marcel dijo...

Hola Àlex,

Soy ornitólogo de Barcelona, pero iré a Monfragüe la semana que viene. También tengo 20 años.
Me gutaría saber el sitio del gallipato, pues es una especie que nunca he visto y me haría mogollón de ilusión.
Un saludo y enhorabuena por el blog, que la verdad es que está muy bien

Álex Alamán dijo...

Hola Marcel,
espero todavía llegar a tiempo para comentarte esto. Permíteme que me guarde la localización exacta del punto en el que cogimos el gallipato, por el contador de visitas veo que el blog lo visita mucha gente y veo cómo han llegado a él. No todas estas visitas tienen los mismos intereses y a veces no me gusta nada lo que andaban buscando cuando han llegado al blog, así que intento guardar para mí algunas cosas.

Si buscas bien en las numerosas charcas que se pueden encontrar a lo largo del parque (por la noche y acompañado de una linterna), podrás toparte con ellos, creo que no es una especie escasa por allí. Eso sí, cuesta localizarlo.

Si quisieses algún tipo de información adicional déjame algún tipo de dirección de contacto y te podré contar alguna cosilla. Pero así en abierto no.