13 de julio de 2009

Extreme Bird-Ringing: Golondrinas en dormidero



Ayer por la noche hicimos la primera jornada del voluntariado (Volcam) de anillamiento de golondrinas (Hirundo rustica) en el dormidero que se forma en una gravera cercana a Benaguasil.

Por las condiciones del lugar, un suelo arcilloso especialmente húmedo, pringoso y blando, el montaje es bastante engorroso y no se puede hacer todo lo cerca del dormidero como desearíamos. Conforme intentas acercarte al lugar más óptimo para colocar las redes, la posibilidad de que la expresión "Tierra, trágame" ocurra de verdad aumenta de una forma exponencial (ayer vivimos varias experiencias dignas de una película de Indiana Jones con estas "arenas movedizas", lo que viene llamándose Anillamiento Extremo)
A pesar de todo, conseguimos montar una batería de redes, todavía demasiado lejos, pero en un punto que nos satisfizo. Llenos de barro hasta las cejas salimos de la gravera y cenamos mientras observábamos como iban entrando al lugar las golondrinas. Sorprendentemente acudían menos que hace unas semanas, un número bajísimo. Aún teníamos la esperanza de coger algunas, pero sabíamos que iban a ser más bien pocas. Vimos también un chotacabras pardo (Caprimulgus rufficollis) que se pegó un par de vuelos por la zona.
Volvimos a la zona entre el croar de las ranas verdes (Pelophylax perezi) y al llegar a las redes se confirmaron nuestros temores. Había golondrinas, sí, pero tampoco muchas. Entre ellas, una sorpresa, un carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus).
En total anillamos treinta y cinco aves. A destacar, el hecho de que la proporción jóvenes-adultos en las golondrinas todavía no es favorable de una forma abrumadora hacia los jóvenes, como ocurrirá más adelante..
De vuelta a casa pude ver un par de zorros (Vulpes vulpes) preciosos junto a la carretera que redondearon la noche.


No tengo fotos de la jornada porque salieron horribles y porque no me arriesgué a meter la cámara por la zona del barro.
A ver si el próximo día que volvamos puedo sacar alguna foto y capturamos unas cuantas aves más.

1 comentario:

alvaro dijo...

No conocía ese voluntariado de anillar golondrinas.Ese tipo de aventurillas como la del anillamiento extremo que vivisteis luego son recordadas con cariño