DANA 2024 (2) Cronologia 28 i 29 d’octubre
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*10) Cronologia d’una catàstrofe*
*i) 28 d’octubre del 2024*
Aquesta jornada es publicaren previsions preocupants per l’alta
probabilitat que el c...
23 de diciembre de 2010
Ya va, ya va...
Desde distintos frentes me han ido llegando mensajitos: "Actualiza el blog", "Pon algo nuevo, que lleva el archibebe ese ahí media vida", "Cuenta algo del Congreso"...
Hoy por fin he decidido haceros caso y actualizar. En realidad, ya intenté contar algo sobre el Congreso, pero no me salía y no sabía muy bien que escribir. Vuelvo a intentarlo a ver cómo sale.
Como muchos ya sabréis el pasado puente de diciembre (del 4 al 8) fue el XX Congreso Nacional de Ornitología en Tremp (Lleida). Después de hablarlo un poco y organizarnos, para allá que me fui con mis habituales compañeros de pajareo (Jana Marco, Guille Mayor y Julio Merayo).
El tiempo que pasmos allí los fuimos repartiendo entre algunas salidas cortas a ver pájaros y el asistir a algunas de las exposiciones, mesas redondas, asamblea de anilladores... Me centraré en el pajareo que si no esto se puede alargar demasiado.
El primer día (4 de diciembre) nada más llegar a Tremp, nos fuimos con el resto de gente con la que compartíamos casa rural a un cañón a ver si conseguíamos localizar algún treparriscos (Tichodroma muraria, Wallcreper). Pasamos un rato buscándolo con un frío del bueno y, cuando algunos ya temíamos por los dedos de nuestros pies, localizamos al primero. Y digo el primero porque en seguida apareció un segundo. Tuvimos una observación de lujo de los dos ejemplares: separados, juntos y persiguiéndose, por las paredes, cruzando el cañón de un lado a otro... vamos, que hicieron que por un rato se nos olvidaran los grados negativos que marcaba el termómetro. El resto de este día lo dedicamos a un par de charlas y a descansar del viaje.
El día siguiente lo dedicamos al Congreso y a dar una vuelta por el río cercano al pueblo. El paisaje era muy chulo y el paseo agradable, a pesar del frío y de que, al principio, no se veían muchos pájaros Conforme fuimos avanzando río abajo empezaron a aparecer las primeras especies: grulla (Grus grus, Crane), lúganos (Carduelis spinus, Siskin) y otras especies típicas de estas zonas como pinzones (Fringilla coelebs, Chaffinch) o escribanos montesinos (Emberiza cia, Rock bunting).
No tardó demasiado en aparecer el primer picogordo (Coccothraustes coccothraustes, Hawfinch) que se convirtieron en la especie estrella del paseo al juntarse la mayor concentración de éstos que habíamos visto cualquiera de los presentes (Julio, Guille, Jana, Manolo, Jose y yo). Un bando de más de cien ejemplares se movía por la zona.
Cuando ya empezábamos a preguntarnos si se estaría haciendo la hora de volver el tiempo decidió darnos una señal clara echándonos encima una buena nevada. Así que vuelta rápida al Congreso.
El tercer día fuimos por la mañana a un muladar (de los que están dentro del proyecto de reintroducción del buitre negro (Aegypius monachus, Black-vulture) en el Pirineo). La mala fortuna hizo que la niebla y un tiempo de lo más desapacible no animara demasiado a los buitres a aproximarse a la zona, así que no pudimos ver más que un grupo de leonados (Gyps fulvus, Griffon vulture) y algunos cuervos (Corvus corax, Raven).
Mucho más interesante fue la vuelta, donde nos encontramos unos grandes bandos de pinzones vulgares alimentándose en unos campos. Paramos para ver si localizábamos algún pinzón real (Fringilla montifringilla, Brambling) pero no hubo suerte. Sí pudimos localizar, en cambio, algunos escribanos cerillos (Emberiza citrinella, Yellowhammer) y un verderón serrano (Serinus citrinella, Citril finch).
Volvimos a intentar (sin suerte) el pinzón real en los campos de los alrededores del pueblo donde nos alojábamos. No lo vimos a pesar de las grandes concentraciones que allí había de otras aves, así que decidimos volver al cañón del treparriscos del primer día a ver si lo volvíamos a localizar o nos sorprendía algún quebrantahuesos (Gypaetus barbatus, Lammergeier) que pasara por allí.
Ni uno ni el otro se dignaron a aparecer. Sí lo hicieron un par de acentores alpinos (Prunella collaris, Alpine accentor) y un mirlo acuático (Cinclus cinclus, Dipper).
El último día, muy a mi pesar, entre la Asamblea de anilladores y otras cosas, no pude ni oler el campo, ni yo ni Julio. Mientras que Jana y Guille fueron a Boumort, donde, esta vez sí, disfrutaron de una carroñada con presencia de buitres negros, leonados y quebrantahuesos. Además de ver otras muchas cosas por el camino como unos grandes bandos de zorzal real (Turdus pilaris, Fieldfare). Una lástima habérmelo perdido y no poder contarlo más en detalle. Habrá que irse a la crónica de Jana para conocer el 100% de la historia.
El día de vuelta nos planteamos muchas cosas: ir hacia Girona a ver el alcatraz patirrojo (Sula sula, Red-footed booby), parar en el Delta del Ebro a pajarear o pasar por Lleida y buscar el porrón acollarado (Aythya collaris, Ring-necked duck) que había en una balsa de riego. Después de meditarlo optamos por esta última que parecía la más sensata.
Nos salió bastante bien y hacia el mediodía estábamos en la balsa en cuestión. El sitio estaba lleno de pájaros, unos bandos muy numerosos de avefrías (Vanellus vanellus, Lapwing) y grajillas (Corvus monedula, Jackdaw) y una buena cantidad de anátidas en el agua: pato colorado (Netta ruffina, Red-crested pochard), ánade rabudo (Anas acuta, Pintail), porrón europeo (Aythya ferina, Common pochard)... Lo más destacable un porrón pardo (Aythya ferruginea, Ferruginous duck) y el acollarado. Tras ver el lance (fallido) de un gavilán (Accipiter nisus, Sparrowhawk) a una tórtola turca (Streptopelia decaocto, Collared dove) iniciamos el camino de vuelta a Valencia y Alicante.
29 de noviembre de 2010
Pajareo por las lagunas manchegas
Ayer (28-11-2010) estuve con mis habituales compañeros de pajareo (Julio Merayo, Guille Mayor y Jana Marco), así como con un nutrido grupo de pajareros alicantinos, de visita por las lagunas manchegas de Pétrola y alrededores.
A parte de disfrutar de un día observando aves y disfrutando de la naturaleza, había un segundo objetivo, bimbar el archibebe patigualdo chico (Tringa flavipes, Lesser yellowlegs) que lleva ya un tiempo por la zona (ver aquí)
Salió una mañana fría (con un molesto viento que incrementaba esta sensación) y nublada, pero aún así nos juntamos una buena cantidad de gente. Sobre las 10:00 de la mañana comenzamos nuestro vagabundeo de un lugar a otro en busca de algunas buenas observaciones.
Las primeras en desfilar frente a nosotros fueron las avutardas (Otis tarda, Great bustard), que se movían por los campos en barbecho acompañadas por grupos de cornejas (Corvus corone, Carrion crow).
En la laguna de Hoya Grande aumentamos el número de especies rápidamente: pato colorado (Netta rufina, Red-crested pochard) focha común (Fulica atra, Coot), cerceta común (Anas crecca, Teal), flamenco (Phoenicopterus ruber, Flamingo)... y como más interesante, cuatro ánsares comunes (Anser anser, Greylag goose) y dos porrones pardos (Aythya nyroca, Ferruginosus duck).
Desde aquí ya nos fuimos a Pétrola, donde nos esperaba el archibebe patigualdo. Después de una lenta aproximación a pie conseguimos detectarlo junto a tres combatientes (Philomachus pugnax, Ruff) y un chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus, Kentish plover).
Lo pudimos observar todos muy bien. Fijarnos en todos los detalles de esta curiosa ave y difrutarlo con ganas. Sólo se fue tras la llegada de unos correlimos comunes (Calidris alpina, Dunlin) que no soportaron tan bien nuestra presencia y huyeron muy pronto, seguidos del archibebe.
Con la observación hecha nos fuimos al otro lado de la laguna a ver qué se movía por allí. Destacaron un grupito de ánades silbones (Anas penelope, Wigeon) que, para mi gusto, es una de las anátidas europeas más chulas.
Después de esto, fuimos a refugiarnos al restaurante y a comer, que nos lo habíamos ganado.
8 de octubre de 2010
Vaya sorpresita...
Hoy ha sido uno de esos días en los que vale la pena salir a anillar. Que te muestran que el esfuerzo de tantos días madrugando y montando redes acaba teniendo su recompensa. Y con esto no quiero decir que los días "normales" de anillamiento no se disfruten o no se les vea la utilidad (pues de ser así no saldría a anillar nunca) es simplemente, que un día como hoy te hace volver con una sonrisa en la cara.
Y es que hoy hemos anillado, en el lugar que menos lo esperábamos una auténtica rareza nacional... un papamoscas papirrojo (Ficedula parva, Red-breasted flycatcher). Y digo donde menos lo esperábamos porque ha sido en un campo de almendros abandonado en plena Sierra Calderona un lugar que, al no ser una zona típica de paso, no piensas que precisamente allí te esté esperando un ave del este de Europa y que inverna en el oeste asiático.
No quiero alargarme mucho más porque ya lo he contado casi todo sobre la captura en el blog del grupo (anillamientollebeig.blogspot.com) y no me gusta repetirme. Allí tenéis alguna foto más y más cosas sobre el ave en cuestión.
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