15 de agosto de 2010

Cosas que contar


¡Cuantísimo tiempo sin escribir nada por aquí! Ya se notó con las últimas entradas del blog (cada día más espaciadas en el tiempo) que estaba perdiendo un poco las ganas de escribir. Un final de curso demasiado largo y una época de exámenes hicieron el resto. Estaba aburrido y quería salir, ir al campo y hacer cosas. Meterme en el ordenador a escribirlas era lo último que me apetecía. Ahora que ya he recargado las pilas voy a ver si puedo ir poniéndome al día o, por lo menos, contar lo que vaya haciendo desde ahora.

El final de la primavera y el verano no han estado exentos de actividades. He hecho bastantes cosas relacionadas con las aves.


En primer lugar, anillar. He dedicado bastante tiempo al anillamiento científico de aves, marcándolas en distintos lugares. Desde los bebederos de las sierras de Gúdar y Javalambre en los que llevámos anillando desde hace años a otros nuevos que hemos ido a probar, como unos en Ayora.


El paso prenupcial (jo, hablando de él a estas alturas, con el postnupcial ya empezado) lo terminamos entre naranjos y alguna jornada en la Albufera. Dentro del proyecto VOLCAM que hemos organizado este año, hicimos varias jornadas de anillamiento nocturno de rapaces.


También probé por primera vez el anillamiento como actividad educativa para los niños del Centro Juvenil Amics, de Valencia, en Peñascosa (Albacete). Unas jornadas de lo más entretenidas.


Tampoco ha sido todo anillamiento, ha habido tiempo para la observación de aves. Como siempre con unos habituales ya de este blog: Julio Merayo, Guille Mayor, Toni Mulet y Jana Marco. Un día les hice una visita a Alicante para poder ver dos especies que tenía muchas ganas de ver y todavía no habían pasado por mis retinas: la carraca (Coracias garrulus, Roller) y el alzacola (Cercotrichas galactotes, Rufous bush robin). Julio me llevó a ver a esta última. Después nos juntamos con Jana y Guille para ir al Hondo y disfrutar de varios ejemplares de la primera. Con amigos así vale la pena esto del pajareo.


Otro día fueron Jana y Toni los que vinieron hasta Valencia para poder ver el falaropo picofino (Phalaropus lobatus, Red-necked phalarope) que se citó en el Tancat de Milia, en l'Albufera. Todo salió a pedir de boca y pudimos disfrutar de él y de otras muchas especies de aves asociadas a los humedales.

Relacionado con ambas cosas, amigos y el anillamiento, Toni, Jana y yo fuimos a colaborar en la campaña de anillamiento de paíños (Hydrobates pelagicus, Storm petrel) en el islote de Benidorm. Ese mismo día, Jana y yo, nos fuimos hasta Cartagena para participar en el voluntariado de anillamiento de paíños (por las orejas se nos acabaron saliendo) en la isla de Palomas. Allí, a parte de pasárnoslo muy bien con el resto de voluntarios y la gente de ANSE a cargo de la campaña, disfrutamos muchísimo con el anillamiento de doce pardelas cenicientas (Calonectris diomedea, Scopoli's shearwater) y ochenta paíños europeos.


Creo que no me queda nada destacable por resumir. Espero no dejar pasar tanto tiempo hasta la próxima entrada.